Cómo una empresa del s. XXI puede reducir su huella de carbono y ahorrar
La tecnología fotovoltaica es uno de los sectores energéticos más populares y de mayor demanda. De hecho, cada vez son más las compañías que se dedican a instalar placas solares para empresas. A nivel medioambiental, la apuesta por esta energía demuestra un especial interés en la conservación de los recursos naturales. Pero también puede ser una opción muy rentable y productiva, como explicaremos a continuación.
La nueva estrategia energética de las empresas
Casi todas las empresas ya han cambiado su estrategia energética, con vistas a una adecuada transformación que permita lograr mayor sostenibilidad. Si bien los países occidentales están siendo los pioneros en este ámbito, la tendencia se va consolidando a nivel mundial. El mayor inconveniente es, probablemente, la visión que todavía tiene mucha gente de que la energía limpia no es algo rentable. Este problema se agrava en las empresas de menor tamaño.
Sin embargo, elaborar una nueva estrategia energética no debe reducirse exclusivamente a los aspectos operativos, de eficiencia o diversificación. Especialmente, si se consideran las oportunidades que ofrece el desarrollo tecnológico actual. Como ejemplos, pueden citarse mejores sistemas de financiación, redes inteligentes y nuevos modelos de baterías. A todo esto, hay que sumar políticas y normativas de estímulo.
Es imprescindible conseguir un acuerdo entre todas las partes intervinientes para implantar con éxito una nueva estrategia energética. Es decir, implicar a los clientes, los inversores y los trabajadores. Adelantarse a los acontecimientos y formar parte del futuro sistema energético es vital para que la empresa consiga crecer y atraer o retener talento.
La imagen pública como factor capital de la estrategia energética
La tecnología fotovoltaica industrial se ha convertido en altamente competitiva en todos los sectores, particularmente, en instalaciones de conexión a la red. Todos los agentes son conscientes, en mayor o menor medida, de que la energía solar es un avance tan importante como la automatización o la digitalización.
Es ahí donde entra en juego la imagen pública de la compañía. Optar por una estrategia de eficiencia energética es una clara demostración pública del interés de la empresa en potenciar un desarrollo sostenible. Todo esto se traduce en un mayor valor añadido a la hora de atraer clientes y socios inversores.
Placas solares para reducir la huella de carbono de las empresas
El autoconsumo industrial con fuentes fotovoltaicas es una forma de disminuir la huella de carbono. Las celdas solares que se encargan de transformar la energía solar en electricidad no emiten gases de efecto invernadero durante su funcionamiento. No importa el material con que se hayan fabricado, ya sea silicio cristalino o arseniuro de galio.
El potencial medioambiental de esta energía puede resumirse en que solo representa 8 TWh del gasto eléctrico producido por los países de la OCDE. Recordemos que el consumo global de las restantes tecnologías supera los 10 000 TWh.
Como indicó en su momento el informe Solar Generation elaborado por Greenpeace, para 2020, los sistemas fotovoltaicos podrían suministrar 276 TWh. Es decir, el 1% de la demanda mundial calculada por la AIE. El informe era optimista, al prever un crecimiento acelerado en su implantación. Recordemos que, solo entre 2002 y 2007, el sector creció de media un 45 %.
Este ritmo, de mantenerse, permitiría la sustitución de 75 centrales de carbón, con un ahorro anual de 664 millones de toneladas de carbono. Para el año 2040, el crecimiento se afianzaría un 15 %, por lo que la producción de energía solar podría alcanzar los 9000 TWh. Esto supondría el 26 % de la demanda internacional prevista.
Por otro lado, esta tecnología también puede contribuir de otras maneras en la reducción de la huella de carbono. Por ejemplo, produciendo energía limpia para el suministro eléctrico, es decir, utilizar el excedente para alimentar la red eléctrica. Esto reduciría el volumen de electricidad que se genera mediante combustibles fósiles
Placas solares para ahorrar en la factura de la luz
Instalar placas solares también puede suponer un considerable ahorro en la factura de la luz. Este puede alcanzar el umbral del 50 %, incluso superarlo, si se instala un número de paneles adaptado a las necesidades de la empresa. O si se lleva a cabo la instalación con la orientación que mejor rendimiento proporcione. Otras formas de ahorrar en la factura con esta fuente energética son:
- Horario de máxima producción. La franja horaria de mayor producción energética se sitúa aproximadamente entre las 9 de la mañana y las 5 de la tarde. Por tanto, se recomienda activar los equipos termoeléctricos en este espacio de tiempo. Los programadores de consumo pueden facilitar dicha tarea.
- Calidad de la instalación. Siempre puede ahorrarse comprando equipos avanzados. Aunque los de menor calidad requieren una inferior inversión inicial, suelen ser menos rentables a largo plazo. En gran medida, esto se debe a que se degradan antes y producen menos energía en términos comparativos.
- Tarifa eléctrica. Para disminuir la factura energética, deben negociarse mejores condiciones en el contrato de suministro. Por ejemplo, la posibilidad de pagar menos por la noche, pues el consumo diurno se sufraga con las placas solares.
- Mantenimiento y limpieza. Aunque el mantenimiento de esta infraestructura energética es muy asequible, siempre puede optimizarse económicamente. A modo de ejemplo, limpiar las placas con cierta frecuencia puede incrementar la producción energética en niveles cercanos al 10 %. Así aumenta el rendimiento mientras disminuye el importe de la factura.
Es importante recordar la posibilidad de obtener una compensación simplificada en la factura para conseguir un descuento cada mes. Esto es posible si se producen excedentes en la producción de energía. La reducción dependerá de las condiciones del mercado regulado o del acuerdo con la compañía comercializadora.
¿Cómo pueden las empresas afrontar esta transición energética?
Aunque la instalación fotovoltaica suele efectuarse en unos pocos días, el coste que tiene es considerable. No ya por la adquisición de los equipos y materiales, sino por la realización de los trámites administrativos. Todo esto desemboca en una elevada inversión, fuera del alcance de muchas empresas. Para impedir que queden al margen de la transición energética, las instituciones subvencionan y ayudan con los gastos.
Así lo demuestra, por ejemplo, el Real Decreto 477/2021, con el que se aprueba la concesión de 660 millones de euros. Estas ayudas están disponibles para cualquier instalación de autoconsumo, de almacenamiento con el contador o de climatización. La cuantía de cada concesión se adapta al beneficiario y al tipo de instalación. Los subprogramas se dividen en sectores y propuestas tecnológicas, con las siguientes categorías:
- Equipos y materiales.
- Obra civil.
- Tecnología electromecánica, hidráulica, auxiliar y de control.
- Técnicas para una mejor monitorización y gestión.
- Elaboración de proyectos, memorias técnicas, directivas facultativas, etc.
Es uno de los primeros paquetes de ayudas del Plan de Recuperación y el pionero en lo que respecta al autoconsumo a gran escala. En caso de instalar placas solares fotovoltaicas, las ayudas a grandes empresas podrían partir del 15 %. Las pymes con sistemas inferiores a 10 kW podrían conseguir hasta el 45 %. Si se compatibiliza con el autoconsumo colectivo, la cuantía podría aumentar hasta el 50 %.
Las administraciones autonómicas también están solicitando ampliaciones presupuestarias para reforzar las ayudas. Las convocatorias dependen de los plazos fijados por cada ejecutivo, al igual que los requisitos para participar en ellas. También son reseñables las ayudas que ofrecen muchos municipios, que suelen manifestarse en bonificaciones en determinados impuestos, como el IBI o el IAE.
La instalación fotovoltaica industrial y su impacto en el medio ambiente y la economía
La energía fotovoltaica no solo es interesante desde un punto de vista medioambiental, sino también económico. Se está avanzando para disminuir sus costes de instalación, por lo que ya es muy competitiva en relación con los sistemas convencionales. Una instalación foltovoltaica industrial tiene un impacto positivo a nivel medioambiental y económico por los siguientes motivos:
- Es una de las energías renovables más interesantes en la lucha para acabar con el cambio climático. En gran medida, porque no emite gases de efecto invernadero.
- Se trata de una opción universal, disponible en casi todo el mundo. Esto es de gran ayuda para estimular la riqueza de todas las naciones y potenciar el empleo local. También para disminuir la dependencia energética.
- Puede renovarse, es decir, se adapta al ciclo natural. Es una importante diferencia con respecto a las fuentes convencionales de energía, incluyendo el petróleo y el carbón. Esto se traduce en un desarrollo sostenible, con menor riesgo de desabastecimientos y problemas de suministro a largo plazo.
- Otro punto a su favor reside en que es inocua en su fase de explotación, característica que no puede encontrarse en los sistemas energéticos convencionales. Por otra parte, el impacto de la fase de fabricación también puede reducirse significativamente. Basta con lograr una adecuada integración en el engranaje productivo de las fases de control, almacenamiento y reciclaje.
¿Cómo implantar con éxito esta energía?
La mejor forma de conseguirlo es trabajando con expertos e ingenierías especializadas, como Ecovergy. Tenemos una dilatada trayectoria en la instalación de placas solares para empresas. Nuestro objetivo es mejorar el autoconsumo energético de nuestros clientes, mientras reducimos la huella medioambiental y optimizamos recursos. Estamos disponibles en todo momento para atender tus dudas y elaborar presupuestos.