¿A qué nos referimos cuando hablamos de Autoconsumo industrial? | Ecovergy

¿A qué nos referimos cuando hablamos de Autoconsumo industrial?

El autoconsumo industrial se presenta como una solución perfecta para las empresas. Es una modalidad de autoconsumo fotovoltaico enfocada a consumos muy elevados. Y normalmente, en redes trifásicas.

Un formato que aporta un gran valor, si tenemos en cuenta que la cantidad de energía que se demanda en el sector industrial es muy elevada. Esta fórmula les permite generar su propia energía de origen renovable y, de este modo, alcanzar un ahorro en su factura de hasta un 70 %.

¿Cómo funciona el autoconsumo industrial?

El autoconsumo fotovoltaico industrial se basa en la instalación de paneles solares para empresas con el potencial suficiente para satisfacer su demanda. Debemos tener en cuenta que la industria requiere un mayor volumen de electricidad para llevar a cabo todos los procesos de producción.

Es necesario contar con una instalación fotovoltaica con la capacidad necesaria. Estas placas solares para empresas se encargan de captar la luz solar y transformarla en energía eléctrica continua. Para que pueda alimentar a la industria hay que convertir esta energía eléctrica en alterna, una función de la que se encargan los inversores solares.

Tipos de autoconsumo fotovoltaico para empresas

Los diferentes tipos de autoconsumo se establecen en el artículo 9 de la Ley 24/2013, de 26 de diciembre del Sector Eléctrico y se recogen nuevamente en el artículo 4 del Real Decreto 244/2019.

Son dos tipos:

1.- Suministro de Autoconsumo sin excedentes

Es el caso de empresas que generan energía, pero no vierten ningún excedente a la red. (Vertido 0). La planta de generación está dimensionada para cubrir el consumo interno de la empresa sin superarlo.

Si la producción de energía es menor que el consumo, se complementa con energía de la red eléctrica convencional. En caso de superar la demanda, no se envía energía de vuelta a la red.

2.- Suministro de Autoconsumo con vertido a red

En esta modalidad las instalaciones pueden, además de suministrar energía para autoconsumo, inyectar energía a las redes de transporte y distribución. Así que nos encontramos con dos tipologías en función de la potencia instalada:

  • Instalaciones con potencia ≤ 100 kWn

Esta opción se aplica para instalaciones cuya potencia nominal instalada no supere los 100 kWn.

La energía generada que excede el consumo de la empresa se vierte a la red eléctrica. A cambio, la empresa recibe una compensación económica o un saldo a favor que puede ser utilizado para reducir su factura eléctrica en periodos posteriores. Lo que denominamos Compensación Simplificada de Excedentes.

La compensación económica se determina con la comercializadora.

Esta opción permite a las empresas aprovechar su capacidad de generación excedente y contribuir a la producción de energía renovable.

  • Instalaciones con potencia > 100 kWn

Esta opción se aplica para instalaciones cuya potencia nominal instalada supera los 100 kWn.

Nos encontramos con dos posibilidades que se diferencian principalmente por contar o no con un intermediario.

En primer lugar la Venta a red. La empresa que dispone de la instalación fotovoltaica vende el 100 % de la energía producida directamente a la red eléctrica para su comercialización. La empresa no consume directamente esta energía sino que obtiene ingresos a través de su venta. Es la opción utilizada mayoritariamente por los grandes productores como los huertos solares.

Esta operación implica una interacción directa con los organismos oficiales OMIE y Red Eléctrica así como el depósito de avales en al MEFF (Mercado oficial de Futuros Financieros en España).

Las empresas que utilizan este sistema deben darse de alta en el Registro Administrativo de Instalaciones Productoras de Energía Eléctrica (RAIPRE) como productor de energía.

En segundo lugar la Representación indirecta de planta que es muy parecida a la opción anterior pero existe una comercializadora que actúa como intermediaria en las gestiones con todos los organismos oficiales y que evita que la empresa tenga que facilitar un aval pues es la comercializadora la que lo aporta.

En el caso de utilizar esta opción, que resulta mucho menos tediosa para las empresas, deben formalizar un contrato de representación en el mercado eléctrico durante un periodo determinado.

En Ecovergy disponemos de nuestra propia comercializadora por lo que además de realizar tu instalación fotovoltaica podemos asesorarte en todas las opciones disponibles.

Los distintos tipos de autoconsumo industrial ofrecen a las empresas flexibilidad en la forma en que gestionan la energía que generan. Tal y como hemos visto la elección del tipo dependerá de la potencia instalada, el perfil de consumo y los objetivos económicos y sostenibles de la empresa.

En Ecovergy somos especialistas y te informamos y acompañamos en todo el proceso. En el siguiente cuadro se muestra un resumen:

tipos autoconsumo industrial

El contrato PPA, una solución financiera para impulsar la producción y consumo de energía solar fotovoltaica en el segmento industrial

La fórmula por la que apuestan la mayoría de pymes y grandes industrias es la del llamado contrato PPA (Power Purchase Agreement). Es un acuerdo a largo plazo de compraventa de energía renovable entre un productor o desarrollador y un comprador o consumidor corporativo.

Gracias a esta solución financiera, las empresas pueden contar con un promotor que se encarga de organizar el diseño de la planta fotovoltaica, obtener los permisos necesarios, aportar la financiación del proyecto y encargarse de la instalación de este sistema de producción de energía en la propiedad del cliente en cuestión.

Dichas empresas no tienen por qué realizar una inversión inicial, lo cual les permite disfrutar de un ahorro en su factura energética desde el primer momento. Para devolver esta especie de préstamo, disponen de amplios plazos que suelen oscilar entre los 10 y los 25 años.

Durante ese tiempo, han de comprar al promotor la energía generada a una tasa fija, que por lo general suele ser más baja que la tarifa que ofrecen las suministradoras de los servicios públicos locales. Este menor precio sirve para compensar la compra de electricidad del cliente desde la red.

Entretanto, el promotor se beneficia de los ingresos de estas ventas de electricidad y otros incentivos generados por el sistema. Dicho promotor es el responsable de su mantenimiento. Una vez finalizado el plazo pactado de duración del contrato, el cliente tiene la posibilidad de ampliarlo en el tiempo o rescindirlo.

Beneficios de la instalación de placas solares para empresas 

Las ventajas de instalar placas solares para empresas para el autoconsumo industrial son numerosas. Optar por esta alternativa es una apuesta sobre seguro.

Ahorro inmediato

Los resultados se empiezan a notar en la factura energética desde el primer momento en que la instalación se pone en funcionamiento.

Un punto de inflexión que propició que la instalación de paneles solares para empresas se disparase fue la entrada en vigor del Real Decreto 244/2019, que regula las condiciones administrativas, técnicas y económicas del autoconsumo de energía eléctrica.

Desde su publicación, ya no hay que pagar impuestos o tasas por aquellas instalaciones que superasen los 100kW de potencia. De esta forma, quedó derogado el conocido como “impuesto al sol”.

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Competitividad en el mercado

Las instalaciones de autoconsumo industrial suelen propiciar porcentajes de ahorro en la factura energética de las empresas que oscilan entre el 60 y el 70 %. Y, normalmente, el tiempo que tardan en obtener el retorno de la inversión se sitúa entre los 3 y los 5 años.

A partir de ese momento, toda la producción de las placas solares para empresas instaladas generará beneficios. Esto, unido a la independencia que otorga este sistema con respecto a las compañías eléctricas tradicionales y a las constantes fluctuaciones del mercado de la energía, incide en la competitividad.

Generar y consumir la propia energía permite eliminar gastos innecesarios y destacar sobre la competencia. Esto permite invertir el dinero ahorrado en otras áreas de negocio, lo cual se traduce en crecimiento.

Sostenibilidad y transición energética

Teniendo en cuenta la situación global de emergencia climática que estamos viviendo, es responsabilidad de las empresas dirigirse hacia una transición energética que apueste por la sostenibilidad.

Es conveniente tener en cuenta que, tal y como se refleja en el Acuerdo de París y el plan de Acción por el Clima de la ONU, las empresas que no alcancen las cero emisiones netas en 2050 serán penalizadas.

Por todo ello, la energía fotovoltaica para empresas se convierte en una alternativa sostenible de futuro, que propicia esa transición energética responsable.

Responsabilidad social e imagen corporativa

Optar por el autoconsumo industrial supone también tomar medidas para reducir el elevado índice de emisiones contaminantes que registra este sector.

Y esto repercute de forma directa en la imagen corporativa de las empresas. Utilizar energías renovables como la solar fotovoltaica es un punto a favor para situarse como una compañía comprometida con la sostenibilidad y el respeto por el medio ambiente.

La demanda de energía fotovoltaica para empresas lidera autoconsumo en España

La apuesta por la energía fotovoltaica para empresas es cada vez más potente. El número de pymes en España que se adhieren a esta fórmula va en constante crecimiento.

De hecho, la demanda del segmento industrial es la que lidera el autoconsumo de energía solar en nuestro país, que en estos momentos se encuentra en pleno desarrollo.

En esta línea, el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) para 2030 se marca como objetivo que en esta fecha haya instalados 19 GW de autoconsumo en nuestro territorio.

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Teniendo en cuenta que en 2022 se colocaron 2,5 GW, los profesionales de las compañías especializadas en el sector son optimistas al respecto, a pesar de que la relajación de los precios de la energía haya ocasionado una ralentización en la instalación de placas solares en España.

Con ello, las estimaciones que manejan las empresas del sector son bastante halagüeñas. La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) augura que en 2030 se habrán duplicado las previsiones marcadas en la hoja de ruta del PNIEC. Y, en potencia, más de un 65 % instalado se corresponde con el autoconsumo industrial.

¿Cuál es el precio aproximado de una instalación fotovoltaica para el autoconsumo industrial?

Los factores que intervienen en el cálculo del precio aproximado de una instalación fotovoltaica para el autoconsumo industrial son numerosos.

El número de paneles solares para empresas necesarios para cubrir las necesidades energéticas y la potencia a instalar es el más importante. También hay que tener en cuenta otros aspectos como la calidad de los componentes fotovoltaicos por los que se apueste y las dificultades que plantee el proyecto de instalación.

Subvenciones y ayudas disponibles

Existe una amplia red de subvenciones y ayudas para incentivar la energía fotovoltaica para empresas. Bonificaciones y desgravaciones fiscales en tasas como el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) de hasta un 50 %, o el Impuesto sobre Instalaciones, Construcciones y Obras (ICIO), que pueden alcanzar el 90 o 95 %.

El autoconsumo industrial es un camino seguro hacia la transición energética sostenible que cada vez más empresas están tomando en España. Para poner en marcha este proyecto, lo aconsejable es ir de la mano de instaladores profesionales de sistemas fotovoltaicos para empresas, como Ecovergy.

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